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Country Representative, IFC Colombia
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Oficial de Operaciones, IFC Asesoría en Infraestructura Sostenible
Jul 5, 2025

Foto: Compromiso Valle. En Colombia las mujeres pasan en promedio 34 horas a la semana en trabajos de cuidado no remunerados, comparado con las 12 horas de los hombres (CEPAL, con base en DAN2 2021)
Imagina tener que elegir entre el cuidado de tus hijos y un salario digno. Esa es la realidad de muchas mujeres, especialmente las de bajos ingresos. La falta de cuidado infantil asequible y de calidad las obliga a escoger entre obtener un trabajo para cubrir sus gastos familiares o no tener un empleo para hacerse cargo de los trabajos de cuidado.
En Colombia, por ejemplo, las mujeres dedican casi ocho horas al día a trabajos de cuidado no remunerado en promedio, prácticamente un trabajo de tiempo completo. Mientras tanto, los hombres destinan considerablemente menos tiempo a este tipo de labores, unas tres horas diarias en promedio. Esta razón puede incidir en que, en ciudades como Cali, en donde una quinta parte de la población es afrocolombiana, y un cuarto de ella vive en pobreza monetaria, solo cinco de cada diez mujeres tienen un trabajo.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que reducir las brechas en acceso y oportunidad para las mujeres en Colombia podría aumentar el Producto Interno Bruto (PIB) entre un 3% y un 4%, por lo que urge avanzar en esta dirección para impulsar un desarrollo más inclusivo y sostenible en el país. ProPacífico, un actor clave en la ciudad de Cali y la región colombiana del Valle del Cauca, promueve el programa Compromiso Valle, el cual capacita a mujeres y hombres jóvenes y les conecta con oportunidades de empleo en el sector privado.
En Compromiso Valle, se detectó un problema: las jóvenes participantes en el programa de empleabilidad tenían dificultades para retener el trabajo que conseguían. Muchas informaron que esto se debía a las barreras asociadas al hogar, como la dificultad para balancear la vida laboral con los trabajos de cuidado, la carga mental de estas responsabilidades y la insuficiente oferta de servicios de cuidado infantil.
Pero no solo las mujeres pierden al no contar con estos servicios. Diferentes estudios destacan el valor que las mujeres trabajadoras aportan a los negocios y cómo las empresas que apoyan el cuidado infantil obtienen beneficios comerciales, como menor ausentismo, menor rotación del personal, mayor diversidad y productividad, así como el compromiso de la fuerza laboral.
Más Allá de lo Social Hay un Caso de Negocio
IFC y ProPacífico realizaron un estudio para comprender a fondo aquellos desafíos relacionados con los trabajos de cuidado y las oportunidades para las empresas en Cali, centrándose en las mujeres y compañías vinculadas a Compromiso Valle. En este caso se encuentra que varias empresas que apoyan el cuidado infantil lo hacen por un compromiso social y no necesariamente por la oportunidad de negocio que representa abordar este tema.
Entre las medidas favorables a la familia implementadas por las empresas se encuentran: jornadas laborales con horarios flexibles, teletrabajo y turnos rotativos. Las empresas encuestadas también cuentan con procedimientos y capacitaciones para garantizar la licencia parental. El 30 % de las empresas encuestadas ofrece días adicionales a los estipulados por ley.

Foto: Amanda Diaz Ramirez. Grupo focal con mujeres participantes en Compromiso Valle.
El mayor desafío se presenta para las PYMES (20,7 % del mercado en la región). A menudo, las estrategias y herramientas de cuidado infantil están diseñadas para grandes empresas. Por ello, urge adaptar y crear servicios y políticas de cuidado infantil innovadores que las empresas más pequeñas también puedan ofrecer.
Para las participantes del estudio, la oferta de cuidado infantil en la región suele ser insuficiente, de baja calidad o muy cara. Esto lleva a muchos trabajadores a depender de familiares, lo que genera mayor carga de servicios de cuidado en otras mujeres, incluyendo menores de edad. Este obstáculo se acentúa en el caso de las mujeres migrantes o desplazadas internas, para quienes recurrir a la familia no es una opción.
“Siempre se les pregunta a las mujeres: ¿con quién van a dejar a los niños? ¿quién los cuida? ¿y si se enferman? Entonces, tener hijos es una barrera para poder trabajar”, dijo una de las entrevistadas.
Recomendaciones Clave
Las conclusiones del estudio indican que las empresas deben garantizar soluciones que se adapten a las necesidades de los empleados. Esto requiere basarse en datos que orienten las decisiones, hacer seguimiento y evaluar los resultados.
El sector público también puede explorar sinergias con el sector privado para mejorar las condiciones de los servicios de cuidado. Igualmente, la academia, las asociaciones sectoriales y la sociedad civil pueden asesorar a las empresas, contribuir a la recopilación y análisis de datos, y promover el diseño de soluciones inclusivas.
Según Mariana Caicedo, Subdirectora Ejecutiva de ProPacífico: “Este proyecto nos aportó valor a través de datos más concretos y recomendaciones para profundizar la conversación con el sector privado de la región”.
El trabajo de cuidado es esencial para la vida. Pero, además, abordarlo es una oportunidad para fortalecer las empresas con un personal más diverso y comprometido, que genere mayor productividad en los negocios.
(Con la colaboración de Daniel Molina).
Haga clic aquí para conocer la Guía sobre los servicios de cuidado infantil respaldados por el empleador de IFC
Haga clic aquí para conocer el conjunto de herramientas de IFC “Engineering Inclusivity: Infrastructure for Everyone”
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